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La aventura contemporánea de España en África se consolidó de forma definitiva con la llegada del vitoriano Manuel Iradier (1854-1911) -el Livingston peninsular-, en viaje de exploración heroica, al África ecuatorial del Golfo de Guinea, primero en 1875-76, y en una segunda oportunidad en 1884. Años después su entrega tendría su recompensa para la patria cuando en 1885, la Conferencia de Berlín, apoyándose en sus exploraciones principalmente concedió a España unas vastas posesiones en dicho Golfo de Guinea.
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Su herencia, tanto espiritual como material, sería dilapidada por las futuras generaciones de españoles, tan afligidos por los avatares negativos de la historia, pero en la Historia nada está nunca definitivamente perdido, y menos si nos referimos al
alejamiento España-África.
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El
Grupo de Investigación Afriqana busca recuperar el amor de Manuel Iradier por África desde un punto de vista hispánico y, de forma prioritaria en aquellos ámbitos que ha hecho suyos: la cultura, la literatura, la traducción y la lingüística africanas, del África al Sur del Sahara.